Aunque hay quien discrepa, todo hace indicar que los orígenes del baile del Chacarrá se remonta a los siglos XVIII y XIX y procede del primitivo fandango arábigo andaluz interpretado por los moriscos que quedaron escondidos en las Alpujarras y en los Montes de Málaga. Se aprecia en él una gran influencia de los verdiales malagueños con ciertas matizaciones, aunque también recibe influencia de otras tierras andaluzas. Es un fandango de ámbito rural. Baile típico de Tarifa, aunque también ha sido acogido en otros pueblos de la provincia de Cádiz como Vejer de la Frontera o Facinas. Llegó a ser el medio de diversión más corriente, donde las mozas eran elogiadas por sus pretendientes aprovechando la ocasión para dirigirse a ellas, algo que oralmente les resultaba difícil. Había quien cantaba las coplas con ironía, a modo de piropo improvisando en muchas de ellas y quien las utilizaba como crítica o reproche, aunque siempre en un ambiente saludable.
No hay duda de que el vestido femenino de "manto y saya" o "cobija", es procedencia del vestido de calle de las mujeres moriscas tal y como recogen algunos grabados de la época. Los hombres van ataviados con ropa serrana: botos, pantalones hasta la cintura camisa y fajín.
Se acompaña con guitarra, castañuelas, crótalos, pandereta e instrumentos de origen casero como la botella de aguardiente, el almirez o la cuchara. El cante no es más que un mero acompañamiento del baile y sólo sirve para indicar el cambio de la mudanza o el inicio de la danza. Hay quien lo denomina fandango tarifeño o fandango campero, pero en un lenguaje más coloquial, siempre ha sido conocido con el nombre de Chacarrá por la monotonía de su melodía.
Aquí puede escuchar una muestra del chacarrá.