Hay un enigma sin desentrañar aún por nadie que deja al fandango de Huelva, como a tantos cantes flamencos, colgado de la duda interpretativa de su origen, sin que se sepa con fijeza donde está la matriz que engendró y dio a luz este cante señero. Aunque existen otras modalidades de fandangos en distintas comarcas de Andalucía, los de Huelva tienen características especiales que los configuran como grupo propio. Se puede decir que todas las provincias andaluzas tienen su fandango, pero los más famosos son los de Huelva. Cantes entre ingenuos y maliciosos que siguen la construcción del fandango clásico en cuanto a su estructura, pero su melodía es personal y muy original.
Como baile es un estilo muy antiguo, de carácter popular que ha ido adquiriendo con el tiempo características propias del flamenco. Se trata esencialmente de un baile de pareja con giros propios de los bailes de galanteo. El vestuario utilizado es el traje de flamenco, tanto para mujeres como para hombres.
La guitarra es la que lo acompaña y le da el aire característico al Fandango de Huelva. Es bimodal, utilizándose la escala flamenca y pasando después, en el cante, a la escala mayor para concluir de nuevo en la flamenca. También se utilizan los palillos o castañuelas. El compás es de tres tiempos, ejemplo básico de compás ternario.
Aunque en el principio fue cante para bailar, en la actualidad muchas de sus variantes son cantes para escuchar y están libres de métrica rítmica. Son innumerables: fandangos de Huelva, Lucena, Alosno…; fandangos personales (de El gloria, de Vallejo, de Juan el Camas, caracoleros…). De éstos últimos derivaron las malagueñas, rondeñas y granaínas. Los temas suelen ser de carácter sentencioso, algunos con importante carga político-social o de tema amoroso. Se pueden cantar "a palo seco", es decir, a golpe de nudillo.
Aquí puede escuchar una muestra de los fandangos.